El Navío Trans Contemporáneo
Por Cecilia Villanueva
Aclaraciones
No.1
Las siguientes preguntas y
afirmaciones son propias y ajenas. Las recogí en tertulias y conversaciones
telefónicas con amigos y enemigos. La familia, mis maestros y otros artistas
sirvieron de inspiración en el desarrollo de este texto.
“No entiendo el arte contemporáneo. ¿O
se llama Post Moderno? ¿O arte conceptual? De cualquier manera no entiendo el
arte actual.”
“Me siento estúpido mirando unos elotes
tirados en una sala del Museo de Arte Contemporáneo”
“En el MUAC había un cuartito con
paredes de vidrio en donde una máquina hacía burbujas, me metí con mis hijos a
jugar y cuando salimos nos enteramos de que las burbujas las hacían con el agua
con la que lavan los cuerpos en el SEMEFO. No vuelvo a ir a ese museo.”
“La exposición era de unas cobijas
colgadas. Leímos que se trataba de las cobijas de los “encajuelados”,
asesinados que se encuentran dentro de las cajuelas.. Eso era todo…”
“¿Cómo puedo interpretar el OXXO y
Gabriel Orozco en la galería Kurimanzutto?”
“¿Como le explico a mis hijos lo que
estamos viendo? ¿Que valor artístico tiene?”
“No tengo los conocimientos necesarios
para entender el arte actual.”
No. 2
La palabra contemporáneo significa que
existe al mismo tiempo que otra cosa, que pertenece a la misma época que ella.
El prefijo trans viene de el latín y significa: que atraviesa, mas allá de, al
otro lado.(2) Trans Contemporáneo:
que atraviesa el tiempo presente. Sirva el Navío Trans Contemporáneo para
aquellos que quieran atravesar la oferta artística presente abordo de un barco
de papel. Este es para aquellos que se han cansado de nadar en las corrientes
contrarias a la inclusión. Para aquellos que han dejado de confiar en los
artistas en general y quienes
desesperan al presenciar la desaparición del objeto artístico. Para aquellos
que contengan la risa o las lágrimas cada vez que se enfrentan a un “proyectil
que se impactaba en el espectador” utilizando la frase de Walter Benjamin (3)
cuando definía las manifestaciones del arte dadaísta.
¿Que
es Arte?
Arte: del latin ars, artis que
significa ajustar, hacer, colocar y del griego techne que significa técnica.
Wladislaw Tatarkiewicz en su Historia
de Seis Ideas nos advierte de los cambios graduales que sufre el
significado de la palabra arte y ya para la época del Renacimiento la expresión
significaba destreza. “la destreza que se requería para construir un objeto,una
casa, una estatua, un barco, el armazón de una cama, un recipiente, una prenda
de vestir y además la destreza que se requería para mandar también a un ejército”
(4)
Las destrezas eran aquellas del
arquitecto, escultor, estratega, geómetra, sastre y retórico. La destreza como
conocimiento de las reglas. Algo que fuera producto de la inspiración, de la
fantasía, no se consideraba arte, de hecho era todo lo contrario.
En el Renacimiento la belleza comenzó a
valorarse y los pintores, escultores y arquitectos preferían que no se les
identificara con las artesanías. Ellos se consideraron eruditos y basaban su
trabajo en leyes y reglas. Calculaban sus obras con precisión matemática y como
ejemplos tenemos los trabajos de Piero della Francesca y Leonardo.
Lucca Pacioli presentó sus cálculos
sobre la proporción perfecta en Da Divina Proportione escrita en 1497.
El concepto de Artes Visuales tomó forma
en el siglo XVI, sin embargo no se utilizo este término ni el de Bellas artes
en este momento, en su lugar se hicieron referencias a las artes del diseño.
No fue hasta 1747 con Charles Batteaux
(Les Beaux arts reduits a un méme principe) que se establece el concepto de
Bellas Artes. Este se incorporó al habla de los eruditos en el siglo XVIII. A
finales de ese siglo Schiller le escribe a Körner “El arte es aquello que se da
a sí mismo su propia regla”.
En el siglo XIX surge la polémica si
los medios de comunicación masivos se encuentran dentro de los límites del
verdadero arte(fotografía, cine). Desde principios de 1900 se dudaba ya de la
validez que tenía la definición de arte por medio de la belleza.
El concepto de estética se transformó con
la vanguardia y se volvió mas amplio y mas rico. Arthur Danton en “La
Transfiguración del lugar común” hace una reflexión filosófica sobre el arte
moderno en donde la interpretación artística puede que ya no vuelva a ser una
tarea espontánea o cómoda. Danto advierte que en las vanguardias, el arte toma
definitiva conciencia de sí mismo y se convierte en su propia filosofía. “El
arte ilustra en la práctica lo que explicaba Hegel sobre la historia, según lo
cual el destino del espíritu es hacerse consciente de sí mismo. El arte ha
reactivado este especulativo curso de la historia en el sentido de que se ha
recuperado su auto conciencia, la conciencia del arte de ser arte de un modo
reflexivo que puede muy bien compararse con la filosofía, que es conciencia
filosófica; lo que hay que determinar ahora es lo que distingue al arte de su
propia filosofía”(6)
Analicemos ahora el movimiento artístico
conceptual que aparece a finales de los años sesenta en el que las ideas acerca
de la obra prevalecen sobre sus aspectos formales o sensibles. El arte
conceptual no es necesariamente lógico. Algunas ideas son lógicas en su
concepción y sin embargo son percibidas como ilógicas. Las ideas no es necesario
que sean complejas, de hecho la mayoría de las ideas exitosas son ridículamente
simples. En términos de ideas el artista es libre incluso de sorprenderse a si
mismo y las ideas son descubiertas por intuición.
El artista conceptual no tiene que explicar
sus ideas y si las explica, es probable que esté desviando la atención sobre el
tema central como parte del diseño. La obra se considera fallida si es
explicada.
Los artistas conceptuales evitan la
subjetividad y transforman los objetos en algo “emocionalmente seco” como
afirma el artista conceptual Sol Le Witt (5) y se limita a desarrollar una
especie de algoritmo artístico como lo describe Le Witt “Trabajar con un plan
previo es un modo de evitar la subjetividad. También evita la necesidad de diseñar
cada obra a su turno. El Plan diseñaría la obra. Algunos planes requerirían
millones de variaciones, y algunos un número limitado, pero ambos son finitos.
Otros planes implican infinitud. En cada caso, sin embargo, el artista
seleccionaría la forma básica y las reglas que gobernarían la solución del
problema.
Le Witt tocan un tema que Yuval Noah
Harari desarrolla en su libro Homo Deus: Breve Historia del Mañana. Harari
afirma que la biología, desde hace ya algunos años, dictaminó que el hombre y
todos los seres vivos somos un algoritmo. Si utilizamos la visión futurista de
Harari y nos vemos en el espejo del arte conceptual, tendríamos que aceptar la
clarividencia de este arte. El sin sentido de este tipo de producción artística
hace sentido si nos subimos en la nave de las predicciones.
El arte conceptual se produce a travez
de una serie de instrucciones que al ser repetidas replican ad infínitum
la obra de arte y al hacer pequeñas variaciones en las instrucciones obtenemos
un número infinito de creaciones artísticas. Y es aquí en dónde quisiera hacer
una breve pausa en la definición histórica del arte para poner de manifiesto
como los artistas no pueden escapar de su realidad histórica y ya sea que lo
quieran o no, el arte es fiel replica de lo que sucede en nuestro mundo. Sin
embargo no es posible entenderlo en el momento que sucede. Sólo los filósofos
están equipados para ver con esa profundidad y tampoco son entendidos en su
tiempo. Esa inescapabilidad del arte a su momento histórico es para mí la
cualidad mas valiosa del arte, exista o no objeto artístico. Los artistas se
las ingenian para manifestar realidades cada vez mas complejas aunque tengan
que envolver con seiscientos mil metros cuadrados de plástico rosa las once
islas de la Bahía Vizaina de Miami (Islas Rodeadas de Christo y
Jeanne-Claude 1983)
Para finalizar el recorrido de la
definición de arte hablemos de la posmodernidad, término que no debemos
confundir con posmodernismo. La posmodernidad es un término utilizado para
definir el movimiento cultural, literario, filosófico y artístico que se impuso
entre las décadas de 1970 y 1980, como oposición al movimiento moderno,
criticando la formalidad, la racionalidad y con la idea de que el proyecto
moderno fracasó en su intento de renovación radical de las formas tradicionales
del arte y la cultura, el pensamiento y la vida social. Esta acepción se
popularizó a partir de la publicación de La Condición Posmoderna de Jean
Francois Lyotard en 1979, aunque el término ya se había utilizado con anterioridad.
Cabe aclarar que actualmente existen grandes controversias sobre si
efectivamente el proyecto moderno está o no superado. Sabemos que existe poca
perspectiva histórica para poder establecer una ruptura con el periodo anterior
e iniciar una nueva era.
Los artistas posmodernos rechazan la
idea de que el arte evolucionó y afirman que las vanguardias fracasaron en
eliminar la distancia entre el arte y el individuo y la sociedad. El arte habla
del arte, es auto referencial y no pretende hacer labor social. Es un arte sin
contenido y se manifiesta como un
producto de la sociedad consumista. Estos artistas no plantean nuevas ideas, ni
una nueva ética o estética sino que reinterpretan la realidad mediante la
repetición e “intervención” de lo ya existente haciendo que el arte dialogue
consigo mismo asesinando el compromiso artístico de transformar la vida
cotidiana. Es un arte intelectual, muy raro e interesante como fenómeno social
pero claramente antidemocrático.
¿Por
Qué No Entendemos el Arte Contemporáneo?
Se ha producido un desfase entre el
arte y la sociedad, ya que el artista ha cambiado su paradigma y se enfrenta a
un público que percibe el arte basado en los cánones clásicos. El público acude
al museo como a un recinto sagrado en donde puede adorar la belleza de las
pinturas impresionistas o reverenciar la técnica de Anton Van Dyck. Sin embargo
el museo ha cambiado. Ricardo Arcos Palma en su texto “Tensiones entre lo público
y lo privado: hacia un museo de la cultura” dice “De manera que el museo ya
no es hoy ese lugar donde los públicos venían a ver y comprender qué es el
arte. Por el contrario, el museo es el lugar donde la cultura se expone en sus
múltiples tensiones. El museo en la contemporaneidad ya no se limita a exhibir
sus “tesoros de guerra” como muestra del poder imperial de otras épocas (Museo
de Louvre o Museo Británico).”
El museo como institución que valida
la cultura a través no sólo de exposiciones sino también de actividades pedagógicas,
en la actualidad, a pesar de sus esfuerzos, no logra crear un puente de
comunicación entre el arte contemporáneo y el espectador. Mas bien parece que
el museo ahora sólo dialoga con los artistas, con el mundo del arte y el
mercado. Debemos añadir a la ecuación el papel del curador como creador de proyectos
en los que se incorporan los artistas que se acercan a las posturas y temas que
selecciona el curador. Avelina Lésper dirige los reflectores hacia los
curadores antes casi invisibles en el quehacer museístico en su obra “El
Fraude del Arte Contemporáneo. Cuatro Ensayos Críticos”. Escribe Lésper “Al
convertir el arte en especulación retórica y teoría, al reducirlo a una
construcción discursiva, el artista deja su lugar de creador para entregárselo
al teórico, al curador. El curador es el que dicta el tema de la exposición, cómo
será montada y quién o quiénes la integrarán . En los folletos de las
exposiciones ya no se menciona a los artistas; ahora se pone en primer lugar el
nombre del curador y se especifica que es un proyecto bajo la guía de tal o
cual experto.”
El arte contemporáneo es un buen
negocio para los inversionistas y hoy esta sujeto a las tendencias del mercado.
Es por eso que cuando una obra no nos dice nada a los espectadores y se vende
en millones de dólares pensamos que hay algo que no comprendemos. La lógica no
explica los precios en las subastas de Christies y Sotheby´s sin embargo si
seguimos el camino del dinero veremos que los museos legitiman a los artistas
que el mercado promueve. Esta red mercantilista dicta hoy por hoy el valor artístico
de un arte que no nos mira y que no se entera de la cara de desconcierto que
prevalece en las cada vez mas desiertas salas de los museos de arte contemporáneo.
¿Qué es arte? hoy es una pregunta
secundaria, mas bien deberíamos preguntarnos ¿cuál es el papel del espectador
frente al arte contemporáneo? ¿por qué esas obras están dentro de los museos? ¿cómo
se transforma la obra cuando entra en la galería? Walter Benjamin critica a la
historia y se da cuenta del cambio en el concepto de arte en el siglo XX. Un
arte que no tiene necesidad de eternidad ni autenticidad.
Así como el objeto artístico se
transforma también necesitamos un espectador transformado. La percepción del
espectador debe ser activa y consciente y no solo receptiva. Esta es una forma
de democratización del arte, como concedió Danto la idea de Joseph Beuys de que
todos somos artistas y todos somos espectadores y así desaparece la élite
reguladora.
De un espectador irrelevante a un
espectador crítico legitimado por su propia humanidad y capacidad sensible
ante un arte que no se preocupa en
corroborar si lo que hace tiene valor. Un espectador que se expresa y
desarticula las políticas de poder que surgen de la cadena de dinero entre el
museo-artista-curador-mercado-coleccionista. Este acto de subversión rompe el
capelo de los muros del museo y genera otra experiencia en la audiencia que al
poner la obra en la calle: unos elotes tirados o un recibo de la luz enmarcado
no sobrevive el camión de la basura que es el mejor destructor del fetichismo
que envuelve a la obra en el aura y que le otorga valor por las ideas que la
encapsulan. El disfrute crítico del espectador enmancipado contra el espectador
reprimido dentro de un museo.
Pequeña Nota Sobre la Pintura y los
Pintores
La idea de la muerte de la pintura va
de la mano con la descalificación del museo, sin embargo ni la una ni el otro,
aunque carezcan de presupuesto adecuado dejan de operar.
La pintura está en un momento de reto
mas no de desaparición y los valientes que han salido a la calle a hacer
pintura mural y grafiti lo confirman.
La pintura ha buscado otros terrenos
para sobrevivir y vemos obras que ya no son sólo bidimencionales. Se pintan
objetos y en soportes en diferentes planos y sobre edificios y viviendas.
Algunos pintores retan el uso de los sentidos y nos invitan a que el espectador
sea un receptor táctil de la obra.
La fotografía y el film cambiaron el
concepto de pintura para siempre y los riesgos que están tomando los pintores
son muy alentadores. Yo soy una pintora y al mismo tiempo espectadora. También
soy depositaria de las preguntas mas difíciles sobre el arte contemporáneo. Hay
museos que visito con frecuencia, en algunos ya me conocen y saben que cuando
paso por sus puertas tendrán que soportar los análisis mas escandalosos de tamaño
contemporáneo totalmente ad hoc y proporcionales a las obras que exhiben.
(1) J.Baudrillard, J.Habermas, E. Said
y otros. La posmodernidad. Kairós, 2000. ISBN 84-7245-154-2
(3) Walter Benjamin, La Obra de Arte
en la Época de su Reporductibilidad Técnica, ITACA, ISBN 968-7943-48-3
(4) W. Tatarkievicz, Historia de Seis
Ideas, TECNOS, Colección Metrópolis, Sexta Edición
(6) Arthur C. Danto, La Transfiguración
del Lugar Común, Paidos Ibérica, ISBN 978-8449-311864
(7) Yuval Noha Harari Homo Deus: Breve
Historia del Mañana, Vintage, ISBN 978 1 784 70393 6
(8) Avelina Lésper, El Fraude del Arte
Contemporáneo, Cuatro Ensayos Criticos, Libros Malpensante, Bogotá
Comentarios
Publicar un comentario